martes, octubre 28, 2014

Una historia de blingüismo, inmigración y PowerPoint

Ayer tarde, en mi oficina, sobre las siete, una niña de unos once años:
  • ¿Aquí enseñan PowerPoint? - preguntó con acento andaluz
  • Sí ¿Por qué?
  • Tengo que hacer un trabajo para mañana y guardarlo aquí, pero no tengo ordenador en casa y no se cómo funciona PowerPoint - me dijo enseñándome un lápiz de memoria.
Le dije que pasara al aula, la senté frente a un ordenador y le pregunté por el tema del trabajo:
  • Sobre bichos
  • ¿Bichos?
  • Sí, sobre algún insecto
  • Pero ¿sabes ya sobre qué insecto lo vas a hacer?
  • A mi me gustan las arañas
  • Pero las arañas no son insectos
  • ¿No? Entonces sobre las hormigas
Abro PowerPoint y en el título de la primera diapositiva que aparece, escribo "Las hormigas" para que vea cómo funciona:
  • No, Las hormigas, no. Tengo que hacerlo en inglés.
  • ¿Sabes cómo se dice hormiga en inglés? - le pregunté
  • No, pero lo buscamos en el traductor de Google.
  • No hace falta, se dice "ants", pero ¿Tú sabes inglés?
  • No, pero me he venido a vivir aquí hace poco y mi colegio es bilingüe. 
Mientras yo me quedaba pensando en cómo iba a poder hacer el trabajo sin tener ni idea de inglés, ella ya había cambiado el título por Ants y en el subtítulo había escrito su nombre sin que yo tuviera que explicarle cómo. Después buscó en Google una foto de una hormiga y la copió / pegó en la portada y me dijo:
  • Ahora tengo que buscar algo sobre las hormigas ¿Tú sabes poner el traductor?
  • El traductor automático es muy malo - le dije- es mejor que busques directamente en inglés
  • ¿Sí?
Después de eso le ayudé a estructurar el trabajo y a seguir buscando la información. Intenté que entendiera todo lo que iba copiando en inglés y ella disfrutó poniendo imágenes, sobre todo GIF animados.

Cuando estaba terminando, llegó su madre buscándola. Era  marroquí y me explicó que su hija se había pasado la tarde llorando hasta que una vecina les dijo que a lo mejor nosotros podíamos echarle una mano. Hacía poco que vivían en nuestro pueblo y no conocían a casi nadie.

Esto es sólo una anécdota y no seré yo el que tome la parte por el todo, pero tengo claro que aunque el bilingüismo y las TIC en la escuela aportan grandes ventajas, también pueden suponer una barrera adicional para los que ya lo tienen difícil. En este caso, conozco el colegio en el que estudia y sé que van a hacer todo lo posible por integrarla. Pero debemos luchar porque la educación de niñas como ella no dependa sólo de su coraje y del azar.

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